Add parallel Print Page Options

Entonces Ananías, que era el sumo sacerdote, ordenó a los que estaban junto a él que lo golpearan en la boca; pero Pablo le dijo: «¡Así te golpeará Dios a ti, muro blanqueado!(A) Tú estás sentado allí para juzgarme conforme a la ley; ¿por qué violas la ley al mandar que me golpeen?» Los que estaban allí le dijeron: ¡Estás insultando al sumo sacerdote de Dios!

Read full chapter